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jueves, 25 de febrero de 2016

Poemas de Fulgencio Martínez en Letralia


POEMAS DE FULGENCIO MARTÍNEZ EN LETRALIA
Poemas

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          como un huésped
procedente de un país donde todo es silencio.

                 Guillermo Carnero
Desde ahora
Hablaré suavemente
como el lagarto rubio en la cima del cielo,
o como croa la luna inquieta
en la charca, mientras dura la noche.
Palabras como un pegaso de cartón
que cruza ligero el mar de nunca.




¿Tu país?

Tu país, ¿cómo se llama?
¿Existe, en tu país, el capvespre,
esa riqueza de luz, de matices,
esa gloria que espera
hasta el final para mostrarse
entre las ruinas del día?




Noche de Hispania

Identidades imposibles,
números transracionales,
miniaturas del Universo
en un tenderete de souvenirs:
el toro y el matador
que son el mismo antebrazo
(abrazados en un pase de pecho),
la última potencia que tiene el agua
antes de dormirse en un balde,
entre viejas hojas de periódico,
como un paraguas desencuadernado
que ya ninguno viene a abrir.

Lecciones de cosas a la deriva
en una historia triste,
en una tierra oscura
    donde se abre, cada día, la flor
del enigma, y se deshoja.




Construyendo España

Un tormento de grúas es su cielo
que anuncia una tormenta futura
de todo el litoral construido,
de uno a otro confín.




Cementerio de palomas


El servicio de limpieza del Ayuntamiento ha retirado las palomas
muertas, por veneno, bajo la fachada de la Catedral.

                         Diario de Murcia

Qué desaliento el de la paloma
envenenada bajo la gran torre.

Cómo se apagan las cuerdas que, un día,
iluminaron nuestro paso triste
por aceras y plazas y jardines
polvorientos de esta ciudad.

                                                Extrañas
se han vuelto nuestras huellas
aquí,
          como un aleteo,
una vida que pasó hace mucho.




Gracias, poesía


Gracias a la Arquitectura, porque me ha permitido conocer
el mundo con sus ojos.

              Rafael Moneo

Gracias, Poesía,
porque me haces vulnerable,
porque, de pronto, en plena vigilia,
me despiertas.

Gracias
por la resurrección que prometes:
por ese lejano anuncio
de la vida verdadera,
que señalas con leves signos.

        Gracias,
porque me diste a conocer el mar
        y la palabra de la calle,

porque, cuando me cercan las dudas,
me enseñas el valor
siempre de buscar bajo los gruñidos
de las ilusiones enterradas,
a Ulises de eterno coraje.




En la calle de agosto...


        I
En la calle de agosto
la golondrina
que volvió antes de tiempo.



       II
(La sola presencia de la luz
remite a la honda escucha
de lo abierto).

                        Cuando abrí mi balcón,
la perdí; las nubes la llevaban
en su red tupida,
las palabras, más que una vida robándome,
no la pudieron retrasar, ni un momento.

Ella, a la tierra,
al aire, al más allá. A la tierra.




La ignorancia de los que aman

Las potencias del idioma
y el fuego con su candor varïable.
El golpe de unos dados. La desnudez
de tu cuerpo fundido con el mío:
toda esa noche encendida
no me basta
para cerrar la puerta
a las negruras diarias.

Por el día se vengan
los mismos cuerpos
que deshacemos en la luz.

Y la ignorancia
no vuelve más,
con su capa de mago,
a escondernos el mundo.




http://www.letralia.com/224/letras05.htm

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