ÁGORA. ULTIMOS NUMEROS DISPONIBLES EN DIGITAL

domingo, 29 de marzo de 2015

"Soledad peregrina o Muisca enamorada", poema e introducción de Francisco Domene. Textos magistrales/Revista Ágora





    SOLEDAD PEREGRINA o Muisca enamorada es la respuesta a la invitación que el maestro Antonio Carvajal hizo a finales del pasado año. Se trataba de componer una casi silva al modo de las soledades de Góngora, pero vista desde el ojo de Lorca.

     Está dedicada a mi esposa Ingrid Chimbí y a su hija María Alejandra Pinilla.

     Lleva por cita los versos Palabras de cristal y brisa oscura / redondas, sí, los peces mudos hablan, préstamo tomado de la Soledad insegura de F.G.L.

     Al juego planteado por el maestro propongo incorporar el Nuevo Mundo a la tradición mediterranísima de las Soledades, haciendo que el peregrino sea encarnado por una viajera hispanoamericana quien, renunciando a la indemnidad de lo próximo, se pone en camino con el anhelo de ganar una vida —o su mitad— a este lado de la mar oceana.

    Como los de acá no estamos habituados a las referencias precolombinas tanto como los de allá, me atrevo incorporar unas glosas con referencia a términos que puedan ayudar a su mejor comprensión.






SOLEDAD PEREGRINA1 o Muisca2 enamorada
                                              (Soledad germinal I y creciendo…)

                                                                                                                                                                                     Para Ingrid. Para María Alejandra


Palabras de cristal y brisa oscura
redondas, sí, los peces mudos hablan.
Soledad insegura.
F.G.L.


Atalanta3 innegable, fruta fértil,
por el tirano herida alado y ciego
pandémico diosillo malcrïado4,
ron comestible, jugo vivo, néctar
complaciente, canela que camina,
lucidora y luciente y lucidísima,
cuya dermis tersara Tenequene5,
palpitante ambrosía ultramarina,
una Afrodita6 muisca peregrina
el sol miró naciente y dijo: ¡sea!

Desde el alto Manjui7 a la Nevada
Sierra, desde las protectoras rocas
de manteca del Tunjo8 y de cacao
por la mano de cíclopes alzadas,
trájose la mitad de la mitad
de la alegría, un credo, la esperanza,
una encrespada y pávida
Perséfone9, Selene10 adolescente
de sonrisa distante inconmovible,
y el exiguo botín de una maleta.

Por puro amor, por sola idolatría,
junto a la cuchillada
que el pecho añil de Océano11 mordió,
dejó durantas, gramas, viboreras,
helechos, zarzamoras y encenillos,
el oro refulgente, el cielo incólume
y la indomada sangre12,
y un hijo atrás que es fe, el hijo todo,
mitad en que se cumple la mitad,
ternura intacta, y honda, carne de alma,
de lumbre eterna el ascua luminosa,
el Chimi13 germinal pulpa del mundo,
de su vientre desgarro adormilado,
novísimo Endimión14,
certeza que la luna diamantea.

Pegaso15 extraordinario, monstruo inmenso
el trepidante ingenio, propio acaso
del forjador Hefesto16 laborioso,
vasto carro de Elías17 formidable,
y ya perfecta al fin y consumada
del benigno Bochica18 la celeste
moción, así por entre el no frangible
celaje emborrascado sobre la haz
gemidora de la asfaltada tierra
el altísimo abismo descendió.

Bajó del cielo luz,
como si caracolas
de espuma en andas vivas la portasen,
viva luz maternal —culebra en ambos
pechos el mismo miedo oscuro late—
a la conmovida hija aurora asida
que, pájaro sin alas, tiembla y ríe
recuerdos, soledad y algunas penas.
Ni sueño fue ni música la vida,
pentagrama lamoso e indescifrado.
Y para sosegarla y sosegarse
palabras de cristal y brisa oscura
con un eco de olvido y de palomas
le habla dulcemente mentirosa.

Las dos van custodiadas por un ñoño
de Iberia que danzasen bermellonas
y descalzas, ¡ay!, séquito de sílfides19
sobre por una plancha de metal
caliente, tan caliente, tan caliente.
Besos mendiga Venus20 ilegibles.
(Si lo pasado es todo,
una zarza que arde21 es lo que fue.)
Pero Fortuna22 ordena y a su paso
ya perentorio arroja
nada que de la nada nada hiciera—
el vano y tornadizo dado Láquesis23.
Por su rostro dos perlas infinitas
de leche atardecida y de ámbar manan.
En derredor más náufragos que islas,
el mundo inexplorado y, más allá,
septiembre deslumbrante.




Francisco Domene




1 Recuerdo del verso gongorino Pasos de peregrino son.

  2 Los muiscas eran un pueblo indígena que habitó el altiplano cundiboyacense y el sur del departamento de Santander, en Colombia, desde el siglo VI a. C. Sus descendientes viven actualmente en localidades del distrito de Bogotá.

  3 Atalanta es una heroína vinculada al ciclo arcaico de la mitología griega. Representa audacia, fortaleza y valentía. Fue la única mujer que Apolodoro incluyó entre los Argonautas, el grupo de héroes que partió en un difícil viaje en busca del vellocino de oro. Su única derrota resultó ser una derrota dulce pues la sufrió por amor al joven Hipómenes.

  4 Apelativos de Eros, hijo de Afrodita, dios niño que provocaba la pasión con sus flechas.

  5 Tenequene es uno de los nombres que recibe en Facatativá, Colombia, el Río Los Andes o Río Botello.

En la mitología griega era la diosa de la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción. Surgida de la espuma del mar, a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor». 
 
7 El Cerro de Manjui con 2.900 metros se encuentra próximo a Facatativá (Colombia). 
 
8 Piedras del Tunjo o Cercado de los Zipas es un conjunto de riscas colosales con pictogramas cuyo origen exacto se desconoce, pero podrían datar de unos 12 000 años. Está ubicado en el municipio de Facatativá, en el departamento de Cundinamarca, Colombia.

9 En la mitología griega Perséfone es hija de Zeus y de Deméter (ἡ Μητὴρ hê Mêtềr: ‘la madre’). La joven, llamada hasta entonces Kore (Κόρη: ‘hija’), es raptada por Hades y se convierte en la reina del Inframundo, por lo que ha de abandonar el mundo que conoce y pasar la mitad del año en los infiernos.

  10 Era una antigua diosa lunar hija de los titanes Hiperión y Tea. Su equivalente en la mitología romana era la diosa Luna.

11 Oceano era un Titán, hijo de Urano y Gea. Representaba las aguas más desconocidas y extrañas del Atlántico y de cualquier mar que hubiese habido más allá, como el Pacífico.

12 Amarillo, azul y ojo: los colores de la bandera colombiana.

13 En la mitología muisca, que formaba parte de la cultura precolombina chibcha, el Principio del Mundo ocurre cuando surge Chimi, la Pulpa, la primera cosa del mundo. Cuando se une a Mnya (el color dorado refulgente, la energía) se transformó en Chímini, la primera fuerza creadora, el poder de la creación. Y así fue el comienzo del mundo.

  14 Endimión era un hermoso pastor de Asia Menor. Era tan hermoso que Selene, la diosa de la luna, pidió a Zeus (o a Hipnos) que le concediese vida eterna para que nunca la dejase. Alternativamente, Selene confió y amó tanto a Endimión que él tomó la decisión de vivir para siempre durmiendo. De cualquier manera, Zeus lo bendijo otorgándole un sueño eterno.

  15Pegaso fue el primer caballo que llegó a estar entre los dioses. Era el caballo de Zeus. Nació del chorro de sangre que brotó cuando Perseo cortó la cabeza a Medusa.

16 Era el dios herrero, un manitas en toda la expresión de la palabra, feo, contrahecho e hijo de Zeus. Lo mismo hacía una silla que construía un artilugio volador.

  17 Elías fue un profeta hebreo que subió al cielo en un carro de fuego tirado por caballos de fuego, produciendo un gran torbellino.

  18 Bochica es un organizador social, ayudador y bienhechor que aparece en la mitología muisca, un civilizador de enorme influencia cultural cuyo mito está relacionado con los de Quetzalcóatl en México, Viracocha en el Perú y Pay Zumé en el Brasil y Paraguay.

19 Las sílfides son espíritus femeninos del aire, espíritus menores, elementales o hadas del aire y, figuradamente, se refiere a las mujeres delgadas y graciosas.

20Venus era una importante diosa romana relacionada con el amor, la belleza y la fertilidad, al igual que la Afrodita griega.

21 Hace referencia a la zarza que el dios del antiguo testamento hebreo usa como disfraz para hablar con Moisés en el monte Sinaí. 
 
22Fortuna era, en la mitología romana, la diosa de la suerte, buena o mala, aunque siempre se tendió a asociarla con lo bueno.

23 Láquesis es la segunda de las tres moiras. Determina el futuro de las personas, pues es ella quien decide la duración de la vida correspondiente a cada persona. 


REVISTA ÁGORA DIGITAL MARZO 2015 

No hay comentarios:

Publicar un comentario